LA HABANA -- El malestar desatado en Cuba por las nuevas restricciones aduaneras a los bienes que ingresan los viajeros a la isla, fue recogida inusualmente este viernes por el diario oficial Granma, que raramente cuestiona una decisión gubernamental.
El periódico entrevistó a dos subjefes de la Aduana, Idalmis Rosales Milanés y Miguel Núñez, ante la avalancha de quejas enviadas por lectores, quienes calificaron estas restricciones de “incomprensibles; alejadas de la realidad cubana; injustas, porque abarcan a infractores y a quienes no lo son; demasiado administrativas, por lo cual favorecerían al germen de la corrupción”.
También hubo quejas de que las medidas, anunciadas hace seis días, por ser “no acordes con algunas de las medidas implementadas en la actualización (reforma) del modelo económico, como por ejemplo, el desarrollo de los trabajadores por cuenta propia” (privados).
Las nuevas disposiciones, que entrarán en vigor el 1 de septiembre, limitan considerablemente el número de artículos que puede ingresar cada viajero al país, o por medio de envíos postales, buena parte de los cuales luego son revendidos en la isla por comerciantes informales.
También aumentan en muchos casos los aranceles que pagan estos productos, con el fin de “estimular la compra en el país” -donde escasea toda clase de artículos- bajo la premisa de proteger el mercado nacional y evitar la fuga de divisas.
La medida busca frenar un mercado informal que floreció por el desabastecimiento y altos precios en las tiendas estatales, donde cualquier producto vale tres o cuatro veces más que en otros países. Las empresas del Estado son las únicas autorizadas a importar productos con fines comerciales.
Los subjefes de la Aduana dijeron a Granma que su principal misión es “el enfrentamiento al terrorismo, la actividad subversiva, el tráfico de droga y contrabando”, pero también atender las violaciones de las reglas de ingreso de productos.
“No puede ser la vía para abastecer las actividades de distintas formas de gestión no estatal como los cuentapropistas (privados). Para eso habría que pensar en una fórmula o norma que permita la importación con carácter comercial”, señaló uno de los directivos.
Muchos cubanos dicen que este modo de ingresar productos es vital, ante la ausencia de un mercado mayorista donde puedan abastecerse los nuevos negocios privados, proyecto prometido por el gobierno, que sigue en estudio.
Granma dijo que los responsables de la Aduana afirmaron que ese modo de ingreso de bienes no puede ser “sucedáneo del mercado mayorista que hoy no tenemos, pero que está contemplado en el modelo de gestión que construimos”.
Fuente: El Nuevo Herald
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