"Ajustar o no ajustar", he ahí el dilema, una frase ingeniosa que recoge la esencia y da título a un seminario patrocinado por la Escuela de Derecho de la Universidad Internacional de la Florida (FIU por
sus siglas en inglés), para debatir si se debe modificar o derogar la
Ley de Ajuste Cubano aprobada por el Congreso de los Estados Unidos el 2
de noviembre de 1966.
La maquinaria mediática del régimen castrista se refiere a ella como
una "ley asesina", responsable por la muerte y desaparición de miles de
cubanos en el Estrecho de la Florida. Sin embargo, los patrocinadores
del seminario destacan lo que muchos sospechan, que La Habana reformó
sus leyes de emigración para acelerar el arribo de cubanos a Estados Unidos, procurando un éxodo silencioso que tras acogerse a la ley de ajuste cubano enviará más remesas y gastará más dinero en viajes a la isla.
Ajustar o no ajustar es un rótulo inequívoco, un
diagnóstico certero de la disyuntiva envenenada a la que se enfrentan
los cubanos de las dos orillas.
La bienvenida solidaria de otros tiempos se ha erosionado porque se percibe a los que llegan ahora como emigrantes económicos sin resquemores o verdaderas discrepancias políticas o ideológicas
con el sistema imperante en Cuba, viajan a la isla sin temor alguno,
van en busca de atención médica, ponen negocios con terceros y hasta
construyen casas o las compran a través de familiares o amigos, lo cual
evidentemente marca un antes y un después del propósito original de la Ley de Ajuste Cubano.
Algunos economistas estiman que esta inyección económica representa
una porción significativa del presupuesto nacional y de hecho ayuda a
sostener el sistema.
Algunas voces atemperan este crudo análisis. Alberto Müller, por
ejemplo, sostiene que "esta ley se concibió para todos los cubanos, ya
fueran emigrados con perfiles políticos, económicos, religiosos o
sociales. Nunca exigió la ley ni en su espíritu ni en su letra,
que estos emigrados que se acogían al Ajuste Cubano fueran perseguidos
políticos".
Al margen de sus virtudes y defectos la Ley de Ajuste Cubano es una
prueba irrefutable de la generosidad de Estados Unidos ante la política
migratoria de válvula de escape practicada por el régimen cubano.
El seminario patrocinado por la Escuela de Derecho de FIU, programado para el martes 16 de septiembre entre las 6:00 pm y las 8:00 pm con entrada libre,
será un ejercicio práctico que tal vez pueda sugerir a la legislatura
estadounidense nuevas ideas para adecuar el Ajuste Cubano a las
condiciones actuales.
En cualquier caso la disyuntiva de ajustar o no ajustar
tropieza con valores éticos y morales irreducibles, por cuanto su
anulación equivale a capitular ante los desmanes de las mismas fuerzas
que justificaron la acción, mientras que modificarla en perjuicio de la
emigración actual no se ajusta a la política estadounidense de buscar un
acercamiento de pueblo a pueblo. He ahí el dilema: un problema con dos
soluciones, ninguna de las cuales será completamente aceptable.
Fuente: Marti Noticias