“Cuba es un destino perfecto para el giro de los cruceros”,
suelta como primera línea en su conversación Frank del Río, presidente
de Norwegian Cruise Line Holdings, una de las principales compañías de
viajes turísticos por barco en los Estados Unidos; que acaba de llegar a
La Habana, la ciudad donde nació y en la cual no estaba desde 1961.
Ejecutivo de una corporación con 23 navíos en activo (y 5 más en fabricación en Alemania e Italia) Del Río ha venido a reconectarse con sus raíces pero también a palpar de primera mano las potencialidades reales para abrir viajes directos entre Estados Unidos y Cuba, luego de que el cambio de política de Obama flexibilizara las restricciones para este tipo de travesía.
“Estamos a 200 millas de Miami, la capital de los cruceros del mundo. Esta e una isla grande y larga, muy apropiada para la navegación por la relación entre las distancias y el tiempo para recorrerlas. El país tiene seis sitios patrimonio de la UNESCO, más que todos los Estados Unidos y más que todo el Caribe junto. Cuba tiene de todo: playas, montañas, valles, ríos, cultura, arte, comida…¡Y el americano tiene unas ganas de venir a Cuba increíbles!”, comenta en exclusiva para OnCuba a simple vista muy estimulado con las nuevas circunstancias que experimentan los dos países .
“Nuestras compañías visitan 430 puertos en el mundo. Los de Cuba no son los más avanzados del mundo, pero tampoco los más atrasados. Los puertos cubanos están listos para recibir ciertos tipos de barcos; a lo mejor no los de 4 mil personas (que tenemos varios de ellos) pero sí otros más pequeños”, explica el empresario. Sus propuestas se basan en naves con capacidad para 700 pasajeros, que pueden navegar en el calado del puerto de La Habana y no generar tampoco una crisis con la cantidad de ómnibus disponibles para cada delegación, otro punto necesario para la interacción de los cruceros con la tierra firme.
“Ya tengo en mi mente los itinerarios. Pueden ser de siete días y de diez días. Los de 10 días nos permiten pasar 2 o 3 noches en La Habana y dar la vuelta por Pinar del Río, Cienfuegos, Santiago, Holguín y regresamos a Miami y le damos al público cuatro a seis puntos para poder conocer bien la cultura y la historia de Cuba. No queremos dar una vuelta a la manzana, ver el Capitolio e irnos otra vez”, asegura Del Río.
¿Cuándo van a comenzar a operar sus compañías?
“No he dicho ninguna fecha porque hasta que no reciba todos los permisos necesarios por los dos gobiernos, no voy a decir -como han dicho otros- que voy a venir en tal fecha porque no quiero engañar a nadie, no quiero presumir. Quiero venir lo más rápido posible. Sería un orgullo personal si somos los primeros. El último sueño que me queda por realizar es entrar al frente de mi barco a la Bahía de La Habana, y me da escalofríos solo pensarlo…”
La legislación norteamericana no permite el turismo aún, pero algunos despachos anuncian que el gobierno de Obama podría levantar la prohibición de viajes….
“Esa noticia sería buena no solo para la industria de cruceros sino sobre todo para el público norteamericano, que puede viajar el mundo entero menos a aquí. Y también para el público cubano, que va a beneficiarse por las visitas que van a venir. Vamo’ a ver…
Eso sí, entiendo claramente las limitaciones que hay hoy en día, pero espero que algún día esas limitaciones no estén allí para poder desarrollar el plan al 100 por ciento. Pero si las leyes siguen como están hay oportunidad para traer público aquí en mis barcos, para que vean lo que es este país.
Años atrás el gobierno de Cuba fue muy crítico con la industria de cruceros, con declaraciones públicas que aseguraban que este negocio solo dejaba para las islas del Caribe la basura de los viajeros. ¿Qué argumentos tiene ante ese tipo de aseveraciones?
“Cuba no es el único sitio en el mundo que ha pensado que lo que viene a hacer el crucero es a dejar la basura. Todo cambia, la filosofía cambia…creo que hemos llegado a ese punto aquí. El tipo de cruceros que pensamos operar nosotros si nos permiten es de personas mayores, de cultura, personas con interés de ver y sentir el país real.
Estas personas son gente de dinero y querrán comprar productos cubanos, más que tabaco y ron, porque por el ejemplo el arte cubano les fascina. Con los itinerarios de dos noches en la Habana podrán ir a restaurantes, museos, iglesias, la Habana Vieja…Nuestros programas de viaje son positivos, porque contribuimos a la economía de los sitios que visitamos.”
Los analistas del sector también consideran que el aumento de cruceros sería una alternativa viable a un potencial abarrotamiento de la infraestructura hotelera en el país, ante la avalancha de viajeros. ¿Usted también lo ve así?
“Sí. Aunque el desarrollo de un sitio turístico es una combinación de elementos. Por ejemplo, un viajero viene en un barco y conoce La Habana y quiere volver, pero quiere volver en tierra y quedarse más tiempo. La industria de cruceros le permite entonces a un destino desarrollar el interés de venir a ese lugar para viajes más extensos. Es como otra puerta de entrada.”
¿Está en Cuba para contactar a las autoridades?
“Todavía hay muchos detalles que no se conocen. Tengo entendido que las autoridades de los dos países están trabajando en arreglar asuntos marítimos como seguridad de los puertos, guardacostas, etc. Cuando terminen esas discusiones nos lo harán saber. En el punto comercial todavía hay mucho trabajo por hacer. Hasta que no reciba el permiso de las autoridades no quiero avanzar mucho porque sería prematuro.
Estoy aquí más que nada en este viaje con mi señora, mi hija y mi yerno para conocer un poquito de dónde yo vengo. Tendré dos o tres citas con personas involucradas para conocer de mi sector, pero estoy más que nada para reencontrarme con mis orígenes”.
Fuente: OnCuba
Ejecutivo de una corporación con 23 navíos en activo (y 5 más en fabricación en Alemania e Italia) Del Río ha venido a reconectarse con sus raíces pero también a palpar de primera mano las potencialidades reales para abrir viajes directos entre Estados Unidos y Cuba, luego de que el cambio de política de Obama flexibilizara las restricciones para este tipo de travesía.
“Estamos a 200 millas de Miami, la capital de los cruceros del mundo. Esta e una isla grande y larga, muy apropiada para la navegación por la relación entre las distancias y el tiempo para recorrerlas. El país tiene seis sitios patrimonio de la UNESCO, más que todos los Estados Unidos y más que todo el Caribe junto. Cuba tiene de todo: playas, montañas, valles, ríos, cultura, arte, comida…¡Y el americano tiene unas ganas de venir a Cuba increíbles!”, comenta en exclusiva para OnCuba a simple vista muy estimulado con las nuevas circunstancias que experimentan los dos países .
“Nuestras compañías visitan 430 puertos en el mundo. Los de Cuba no son los más avanzados del mundo, pero tampoco los más atrasados. Los puertos cubanos están listos para recibir ciertos tipos de barcos; a lo mejor no los de 4 mil personas (que tenemos varios de ellos) pero sí otros más pequeños”, explica el empresario. Sus propuestas se basan en naves con capacidad para 700 pasajeros, que pueden navegar en el calado del puerto de La Habana y no generar tampoco una crisis con la cantidad de ómnibus disponibles para cada delegación, otro punto necesario para la interacción de los cruceros con la tierra firme.
“Ya tengo en mi mente los itinerarios. Pueden ser de siete días y de diez días. Los de 10 días nos permiten pasar 2 o 3 noches en La Habana y dar la vuelta por Pinar del Río, Cienfuegos, Santiago, Holguín y regresamos a Miami y le damos al público cuatro a seis puntos para poder conocer bien la cultura y la historia de Cuba. No queremos dar una vuelta a la manzana, ver el Capitolio e irnos otra vez”, asegura Del Río.
¿Cuándo van a comenzar a operar sus compañías?
“No he dicho ninguna fecha porque hasta que no reciba todos los permisos necesarios por los dos gobiernos, no voy a decir -como han dicho otros- que voy a venir en tal fecha porque no quiero engañar a nadie, no quiero presumir. Quiero venir lo más rápido posible. Sería un orgullo personal si somos los primeros. El último sueño que me queda por realizar es entrar al frente de mi barco a la Bahía de La Habana, y me da escalofríos solo pensarlo…”
La legislación norteamericana no permite el turismo aún, pero algunos despachos anuncian que el gobierno de Obama podría levantar la prohibición de viajes….
“Esa noticia sería buena no solo para la industria de cruceros sino sobre todo para el público norteamericano, que puede viajar el mundo entero menos a aquí. Y también para el público cubano, que va a beneficiarse por las visitas que van a venir. Vamo’ a ver…
Eso sí, entiendo claramente las limitaciones que hay hoy en día, pero espero que algún día esas limitaciones no estén allí para poder desarrollar el plan al 100 por ciento. Pero si las leyes siguen como están hay oportunidad para traer público aquí en mis barcos, para que vean lo que es este país.
Años atrás el gobierno de Cuba fue muy crítico con la industria de cruceros, con declaraciones públicas que aseguraban que este negocio solo dejaba para las islas del Caribe la basura de los viajeros. ¿Qué argumentos tiene ante ese tipo de aseveraciones?
“Cuba no es el único sitio en el mundo que ha pensado que lo que viene a hacer el crucero es a dejar la basura. Todo cambia, la filosofía cambia…creo que hemos llegado a ese punto aquí. El tipo de cruceros que pensamos operar nosotros si nos permiten es de personas mayores, de cultura, personas con interés de ver y sentir el país real.
Estas personas son gente de dinero y querrán comprar productos cubanos, más que tabaco y ron, porque por el ejemplo el arte cubano les fascina. Con los itinerarios de dos noches en la Habana podrán ir a restaurantes, museos, iglesias, la Habana Vieja…Nuestros programas de viaje son positivos, porque contribuimos a la economía de los sitios que visitamos.”
Los analistas del sector también consideran que el aumento de cruceros sería una alternativa viable a un potencial abarrotamiento de la infraestructura hotelera en el país, ante la avalancha de viajeros. ¿Usted también lo ve así?
“Sí. Aunque el desarrollo de un sitio turístico es una combinación de elementos. Por ejemplo, un viajero viene en un barco y conoce La Habana y quiere volver, pero quiere volver en tierra y quedarse más tiempo. La industria de cruceros le permite entonces a un destino desarrollar el interés de venir a ese lugar para viajes más extensos. Es como otra puerta de entrada.”
¿Está en Cuba para contactar a las autoridades?
“Todavía hay muchos detalles que no se conocen. Tengo entendido que las autoridades de los dos países están trabajando en arreglar asuntos marítimos como seguridad de los puertos, guardacostas, etc. Cuando terminen esas discusiones nos lo harán saber. En el punto comercial todavía hay mucho trabajo por hacer. Hasta que no reciba el permiso de las autoridades no quiero avanzar mucho porque sería prematuro.
Estoy aquí más que nada en este viaje con mi señora, mi hija y mi yerno para conocer un poquito de dónde yo vengo. Tendré dos o tres citas con personas involucradas para conocer de mi sector, pero estoy más que nada para reencontrarme con mis orígenes”.
Fuente: OnCuba