La literatura, la política y el amor fueron los tres
grandes protagonistas este lunes de la velada por el 80 cumpleaños de
Mario Vargas Llosa. El premio Nobel de Literatura participó en una cena
en su honor junto a políticos, periodistas, expresidentes y activistas,
en un céntrico hotel de Madrid. Ante 400 invitados, el escritor peruano
reivindicó la palabra y el arte de contar historias, como un camino para
mejorar la realidad y participar de la vida nacional.
"Cumplir 80 años no tiene ningún mérito", aclaró el autor de La guerra del fin del mundo
ante un auditorio donde se encontraba otro premio Nobel de Literatura,
el turco Orhan Pamuk, además de un amplio grupo de activistas cubanos y
venezolanos. Repartidos en una cuarenta mesas, nombradas como los libros
o cuentos del prolífico narrador, los invitados vivieron la noche como
una gigantesca fiesta entre amigos.
Desde Cuba
viajaron para la ocasión varios disidentes y periodistas independientes,
entre ellos Dagoberto Valdés, Manuel Cuesta Morúa, Reinaldo Escobar,
Rolando Ferrer, Roberto de Jesús Guerra, Yusmila Reyna y Boris
González. A los activistas cubanos, Vargas Llosa dedicó una parte
especial de su discurso cuando aseguró que "no saben cuánto me emociona
que estén aquí y que hayan venido".
Con un posición
muy crítica hacia el sistema político imperante en la Isla, que le ha
valido la censura editorial de sus libros, el galardonado novelista
aseguró que "el comunismo tiene hoy dos representantes anacrónicos, Cuba
y Corea del Norte". Sin embargo, se mostró un tanto esperanzado porque
aunque Cuba "se convertirá en lo inmediato en una dictadura capitalista,
esperemos que muy pronto después, por fin y luego de 57 años, en una
democracia".
A las afueras del hotel se congregaba un
enjambre de periodistas para captar el amplio desfile de personalidades
del mundo de la cultura y la política que se contaban entre los
invitados. Al recinto ingresaron los expresidentes colombianos Andrés
Pastrana y Álvaro Uribe, el chileno Sebastián Piñera, el uruguayo Luis
Alberto Lacalle y los españoles Felipe González y José María Aznar.
Estuvieron también el líder del partido español Ciudadanos, Albert
Rivera y los padres del prisionero político venezolano Leopoldo López.
Ante ellos Vargas Llosa desarrolló un discurso preciso y en el que
aseguró que tras ocho décadas de vida "es un momento oportuno para hacer
un alto en el camino y mirar atrás". En su caso, refirió que la vida ha
sido "una larga e ininterrumpida cadena de historias" y enfatizó su
agradecimiento por haber tenido siempre a mano la literatura a través de
la cual ha vivido una amplia variedad de existencias ajenas.
Su hijo mayor, Álvaro Vargas Llosa, escritor y periodista, hizo una emotiva alocución en la que catalogó a su padre como un " Rolling Stone
de la literatura", debido a la energía que conserva el escritor a pesar
de su edad, solo comparable con la eléctrica proyección de Mick Jagger
sobre el escenario. Con el soplo de dos velas que simbolizaban sus 80
años y una declaración de amor a su pareja, Isabel Preysler, el
homenajeado puso fin a la velada.
Este martes dará
inicio en la Casa de América de Madrid el seminario "Vargas Llosa:
cultura, ideas y libertad", que presidirá el escritor y que ha sido
organizado por la Fundación Internacional para la Libertad junto a la
cátedra que lleva su nombre. Pensadores y escritores abordarán temas
como el populismo, los desafíos que enfrenta Iberoamérica y la situación
de la democracia en América Latina.
Fuente: 14yMedio