LA HABANA
El Partido Comunista de Cuba difundió el martes una nueva serie de
lineamientos económicos que enfatizan el lento movimiento y la limitada
naturaleza de las reformas ante la marcada crisis económica nacional.
En los lineamientos se “reconoce la existencia objetiva de las relaciones del mercado”. Pero también subrayan el compromiso cubano con una economía centralizada.
El documento indica que no se permitirá la concentración de propiedades ni riqueza.
También promete mejorar el servicio de internet “gradualmente, según lo permitan las posibilidades económicas” en una de las naciones con peor conectividad del mundo.
Los 274 lineamientos actualizan el documento que presentó en el 2011 el gobernante Raúl Castro sobre su visión de una reforma económica, durante el congreso del Partido Comunista que se realiza dos veces por década. Esas reformas han permitido el crecimiento de decenas de miles de empresas privadas, desde los zapateros independientes hasta restaurantes de lujo.
Frente a una economía que no sale de la crisis y, que por el contrario, se ha agudizado en los últimos dos años por las reiteradas y tradicionales ineficiencias del sistema económico socialista de la isla junto a la caída del precio del crudo que ha sufre actualmente Venezuela, su principal aliado, el gobierno de Raúl Castro giró su brújula hacia Estados Unidos en busca de un oxígeno de emergencia para sobrevivir en el poder.
En enero del 2015, el gobierno de Obama simplificó los hasta entonces engorrosos procedimientos para los viajeros, y en julio del mismo restableció relaciones diplomáticas con la isla.
Cerca de 100,000 estadounidenses visitaron Cuba los primeros cuatro meses del 2016, el doble del mismo período del 2015. Ese aumento los ubicó como el cuarto grupo de visitantes de la isla, después de los canadienses, los cubanos residentes en el extranjero y los alemanes.
Sin embargo, el incremento del turismo parece no sacar tampoco del abismo al gobierno, que ya no encuentra recursos efectivos para dejar atrás la estela de necesidades que padece el pueblo y que sigue en una especie de reinvento y entretenimiento de la sociedad con medidas supustamente paliativas contra la crisis, con un efecto real nulo en la economía.
Fuente: El Nuevo Herald
En los lineamientos se “reconoce la existencia objetiva de las relaciones del mercado”. Pero también subrayan el compromiso cubano con una economía centralizada.
El documento indica que no se permitirá la concentración de propiedades ni riqueza.
También promete mejorar el servicio de internet “gradualmente, según lo permitan las posibilidades económicas” en una de las naciones con peor conectividad del mundo.
Los 274 lineamientos actualizan el documento que presentó en el 2011 el gobernante Raúl Castro sobre su visión de una reforma económica, durante el congreso del Partido Comunista que se realiza dos veces por década. Esas reformas han permitido el crecimiento de decenas de miles de empresas privadas, desde los zapateros independientes hasta restaurantes de lujo.
Frente a una economía que no sale de la crisis y, que por el contrario, se ha agudizado en los últimos dos años por las reiteradas y tradicionales ineficiencias del sistema económico socialista de la isla junto a la caída del precio del crudo que ha sufre actualmente Venezuela, su principal aliado, el gobierno de Raúl Castro giró su brújula hacia Estados Unidos en busca de un oxígeno de emergencia para sobrevivir en el poder.
En enero del 2015, el gobierno de Obama simplificó los hasta entonces engorrosos procedimientos para los viajeros, y en julio del mismo restableció relaciones diplomáticas con la isla.
Cerca de 100,000 estadounidenses visitaron Cuba los primeros cuatro meses del 2016, el doble del mismo período del 2015. Ese aumento los ubicó como el cuarto grupo de visitantes de la isla, después de los canadienses, los cubanos residentes en el extranjero y los alemanes.
Sin embargo, el incremento del turismo parece no sacar tampoco del abismo al gobierno, que ya no encuentra recursos efectivos para dejar atrás la estela de necesidades que padece el pueblo y que sigue en una especie de reinvento y entretenimiento de la sociedad con medidas supustamente paliativas contra la crisis, con un efecto real nulo en la economía.
Fuente: El Nuevo Herald