Importantes compañías de Estados Unidos han firmado acuerdos con el gobierno cubano. El gigante de Internet Google, General Electric, Good Year, Caterpillar y las líneas de cruceros Norwegian Cruises, Royal Caribbean y Pearl Seas Cruises son las empresas beneficiadas.
La posibilidad del hecho llevaba algunos días circulando extraoficialmente, pero el fallecimiento de Fidel Castro impidió que la noticia tuviera efecto hasta hoy.
Según lo trascendido, Google ampliará su presencia en la Isla luego de más de un año de negociaciones. Recientemente, la compañía permitió a usuarios cubanos el acceso a los servicios de Chrome Web Store y antes había inaugurado un centro tecnológico en La Habana, en el estudio del artista plástico Alexis Leyva Machado, “Kcho”.
Por su parte, General Electric llegó a un acuerdo relacionado con una central hidroeléctrica en la provincia de Matanzas. Ello contribuiría a la generación de energía renovable, uno de los campos priorizados para la inversión extranjera en Cuba. Previamente había firmado un memorando de entendimiento con el gobierno cubano en las áreas de energía, equipos médicos y aviación, según reportes de The Wall Street Journal.
Por su parte, Norwegian Cruises, Royal Caribbean y Pearl Seas Cruises negociaron la llegada de sus cruceros a puertos cubanos. Estos estarían arribando a finales del presente año o, en la mayoría de los casos, ya en 2017.
En particular la noticia era sumamente esperada por Norwegian Cruise Line Holdings, cuyo presidente y CEO, el cubanoamericano Frank del Río, había comentado meses atrás el interés de su empresa por establecer y ampliar gradualmente su presencia en Cuba. Se trata de la primera gran empresa de un cubanoamericano en tener presencia en Cuba desde el deshielo que comenzara el 17D y en el contexto de los cambios económicos en la Isla.
“Queremos utilizar La Habana tanto como sea posible en cualquier incursión dentro de la amplia cuenca del Caribe –había dicho entonces entusiasmado. Creemos que es una atracción estrella”.
Al parecer, la reciente visita a la Isla de Ben Rhodes, asesor del presidente Barack Obama, sirvió como impulso final a los acuerdos. Rhodes asistió al homenaje póstumo a Fidel Castro en La Habana –aunque no en calidad de representante oficial de su gobierno–, tras lo cual se reunió con funcionarios cubanos. Sobre este encuentro ninguna de las dos partes ofreció declaraciones.
En opinión del analista cubano Carlos Alzugaray, la firma de estos convenios “indica que ambos gobiernos se están moviendo hacia la consolidación aún mayor de la irreversibilidad de los acuerdos alcanzados después del 17 de diciembre del 2014”.
“Esto es muy importante –opina el experto– dada la incertidumbre que han causado algunas de las declaraciones contradictorias del presidente electo Trump y sus principales colaboradores sobre el acuerdo existente actualmente entre La Habana y Washington. El nombramiento de algunos personeros de la extrema derecha “dura” de origen cubano también ha creado aprehensiones sobre el tema. Es lógico, por tanto, que se quiera blindar las relaciones y nada puede cumplir mejor ese objetivo que fortalecer los vínculos económicos.
En opinión de Alzugaray, para el futuro gobierno estadounidense no sería sensato regresar al escenario previo al 17D. “La principal razón por la cual Obama cambió la política hacia Cuba –sostiene– fue su evidente fracaso. En vez de amenazar con revertir el acuerdo, lo mejor sería esperar a la transición de poderes y abrir un diálogo con Cuba sobre lo que quisieran obtener, siempre que sea razonable. Aunque no deben olvidar que ese es un camino de dos vías. El Gobierno cubano puede insistir en que con la Casa Blanca y el Congreso en manos republicanas es más fácil lograr el levantamiento total del bloqueo, que es, por supuesto, lo que más interesa, aunque no lo único”.
Por su parte, el economista Juan Triana considera que los efectos de los acuerdos ahora firmados “van estar en dependencia de dos asuntos claves: uno, cuánto puede realmente hacer una compañía norteamericana en Cuba según los límites impuestos por las regulaciones norteamericanas, y dos, las regulaciones cubanas sobre inversión extranjera y las políticas sectoriales al respecto”.
Triana opina que el mayor impacto a corto plazo no será económico, sino “de demostración y, lógicamente, también político”. Para él cada acuerdo con las diferentes compañías tiene su propio significado.
“General Electric es una gran compañía en un sector priorizado por Cuba –confirma. Es además una de las empresas que fue expropiada en 1959 y esto último significa mucho, pues puede ser una acción puntual que adelante un comportamiento, una señal para otras compañías norteamericanas”.
“Google, sin embargo, es otro asunto. Un acuerdo que permita a los cubanos acceder a todos los programas y aplicaciones de Google, es sin duda un gran avance. Si el acuerdo va más allá y realmente alcanza la posibilidad de mejorar el acceso a Internet, entonces, aun cuando es muy difícil calcular en términos económicos, su impacto puede ser significativo”, adelanta el economista.
“El caso de los cruceros es mucho más claro –opina finalmente. Contribuiría al incremento de los ingresos por turismo, aunque va depender del tamaño de los cruceros y la frecuencia”.
La firma de acuerdos tiene lugar en el contexto de la quinta reunión de la Comisión Bilateral, celebrada hoy en La Habana. La parte cubana está a cargo de Josefina Vidal, Directora General de Relaciones Exteriores del Ministerio de Relaciones Exteriores; mientras que la delegación estadounidense está encabezada por la Subsecretaria Adjunta de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Mari Carmen Aponte, de acuerdo con un comunicado del Departamento de Estado.
Fuente: OnCuba