Kenneth Cole no cree en las barreras. Ni para el arte ni para la vida. Por eso inició una exitosa compañía de modas
hace más de treinta años y por eso ha venido a Cuba ya dos veces,
convencido de que las oportunidades se crean con la voluntad de
búsqueda.
La más reciente visita del diseñador neoyorquino a la Isla tuvo lugar en la última semana de diciembre. Entonces vino acompañado de su familia y aprovechó para dialogar con colegas y estudiantes cubanos en Lab 26, un sitio para la arquitectura y el diseño en el Vedado habanero, perteneciente al proyecto Espacios.
En su charla, Cole defendió los postulados que han distinguido su carrera y comentó sobre las potencialidades que representa para la moda el actual contexto mediático.
“La moda es una forma de comunicación –dijo–, una manera de expresar quiénes somos, cómo somos. Y gracias a la televisión, a Internet, a las redes sociales… puede llegar a cualquier parte del mundo en cualquier momento”.
Ello ha propiciado, en su opinión, la irrupción de una nueva era, de un momento extraordinario para quienes ejercen su labor. Pero, mientras otros se decantan por la frivolidad y el elitismo a ultranza, Cole confiesa que prefiere la moda funcional y promueve el compromiso social como vía para hacer trascender sus creaciones.
Diseñador de ropa y calzado tanto femenino como masculino, y también de relojes, bolsos y otros accesorios, aconseja buscar el equilibrio entre el arte y los asuntos más acuciantes en el mundo de hoy.
“Si uno logra unir lo que puede expresarse a través del cuerpo con una idea, con un concepto que refleje una preocupación mayor, entonces es posible crear una obra más duradera, más presentable y significativa, con un mensaje más impactante; porque las modas cambian, los patrones para vestirnos cambian, pero las preocupaciones y los temas sociales se mantienen”, comentó.
Con este pensamiento, el artista graduado de la Universidad Emory de Atlanta en 1976, ha respaldado causas como la defensa del medioambiente, la necesidad universal de vivienda y la lucha contra enfermedades. En particular, es conocido su apoyo al tratamiento y la investigación sobre el SIDA, un aspecto en el que se ha involucrado desde los años 80 y por el que en 2016 fue distinguido como Embajador de Buena Voluntad de ONUSIDA.
Su comprensión del valor comunicativo de la moda lo ha llevado incluso a involucrar sus intereses sociales en campañas publicitarias, a convertir estos temas en parte del concepto de su compañía.
No obstante, Cole reconoce la naturaleza cambiante de la moda y la percepción personal que cada quien hace de ella. Por eso afirma que cada artista debe ser consistente con lo que cree para poder reflejarlo en su trabajo.
“Como diseñador mi trabajo es saber lo que quiere el mercado, pero no darlo de la manera en que el mercado lo espera, sino de la manera en que yo quiero, desde mi perspectiva artística, con el mensaje que me interesa”, aseguró en Lab 26.
A propósito de las posibilidades de trabajar en Cuba, Kenneth Cole confirmó que le encantaría poder hacerlo y contribuir así a las relaciones entre los dos países. Dijo que está “muy impresionado” con el arte de la Isla y celebró a los diseñadores cubanos por su creatividad y su talento.
“Cuba es un referente mundial en el arte”, dijo. “Es increíble lo que ustedes han podido hacer a pesar de la escasez de recursos; lo que han creado y siguen creando”, dijo.
Cole vino a La Habana a través de la Fundación Cooper Bridge, que potencia el diálogo a través del arte. Este –comentó antes de la despedida– es un primer paso, una manera de iniciar el vínculo y conocer de primera mano lo que pasa en Cuba, pero espera que haya nuevas oportunidades de intercambio.
Fuente: OnCuba
La más reciente visita del diseñador neoyorquino a la Isla tuvo lugar en la última semana de diciembre. Entonces vino acompañado de su familia y aprovechó para dialogar con colegas y estudiantes cubanos en Lab 26, un sitio para la arquitectura y el diseño en el Vedado habanero, perteneciente al proyecto Espacios.
En su charla, Cole defendió los postulados que han distinguido su carrera y comentó sobre las potencialidades que representa para la moda el actual contexto mediático.
“La moda es una forma de comunicación –dijo–, una manera de expresar quiénes somos, cómo somos. Y gracias a la televisión, a Internet, a las redes sociales… puede llegar a cualquier parte del mundo en cualquier momento”.
Ello ha propiciado, en su opinión, la irrupción de una nueva era, de un momento extraordinario para quienes ejercen su labor. Pero, mientras otros se decantan por la frivolidad y el elitismo a ultranza, Cole confiesa que prefiere la moda funcional y promueve el compromiso social como vía para hacer trascender sus creaciones.
Diseñador de ropa y calzado tanto femenino como masculino, y también de relojes, bolsos y otros accesorios, aconseja buscar el equilibrio entre el arte y los asuntos más acuciantes en el mundo de hoy.
“Si uno logra unir lo que puede expresarse a través del cuerpo con una idea, con un concepto que refleje una preocupación mayor, entonces es posible crear una obra más duradera, más presentable y significativa, con un mensaje más impactante; porque las modas cambian, los patrones para vestirnos cambian, pero las preocupaciones y los temas sociales se mantienen”, comentó.
Con este pensamiento, el artista graduado de la Universidad Emory de Atlanta en 1976, ha respaldado causas como la defensa del medioambiente, la necesidad universal de vivienda y la lucha contra enfermedades. En particular, es conocido su apoyo al tratamiento y la investigación sobre el SIDA, un aspecto en el que se ha involucrado desde los años 80 y por el que en 2016 fue distinguido como Embajador de Buena Voluntad de ONUSIDA.
Su comprensión del valor comunicativo de la moda lo ha llevado incluso a involucrar sus intereses sociales en campañas publicitarias, a convertir estos temas en parte del concepto de su compañía.
No obstante, Cole reconoce la naturaleza cambiante de la moda y la percepción personal que cada quien hace de ella. Por eso afirma que cada artista debe ser consistente con lo que cree para poder reflejarlo en su trabajo.
“Como diseñador mi trabajo es saber lo que quiere el mercado, pero no darlo de la manera en que el mercado lo espera, sino de la manera en que yo quiero, desde mi perspectiva artística, con el mensaje que me interesa”, aseguró en Lab 26.
A propósito de las posibilidades de trabajar en Cuba, Kenneth Cole confirmó que le encantaría poder hacerlo y contribuir así a las relaciones entre los dos países. Dijo que está “muy impresionado” con el arte de la Isla y celebró a los diseñadores cubanos por su creatividad y su talento.
“Cuba es un referente mundial en el arte”, dijo. “Es increíble lo que ustedes han podido hacer a pesar de la escasez de recursos; lo que han creado y siguen creando”, dijo.
Cole vino a La Habana a través de la Fundación Cooper Bridge, que potencia el diálogo a través del arte. Este –comentó antes de la despedida– es un primer paso, una manera de iniciar el vínculo y conocer de primera mano lo que pasa en Cuba, pero espera que haya nuevas oportunidades de intercambio.
Fuente: OnCuba